URGENTE: Anabel Hernández REVELA AS*SINATO Carlos Manzo | TRUMP Declara GUERRA a Cárt*les Mexicanos
México está al borde de una tormenta.
Y no es solo por la violencia interna.
Es por una amenaza que viene del norte.
Donald Trump ha declarado guerra abierta contra los cárteles mexicanos.
Y en medio de esa tensión, un asesinato sacude al país.
Carlos Manso, alcalde de Uruapan, fue ejecutado en plena plaza pública.
Durante el Día de Muertos.
Con cientos de velas encendidas.
Con flores de cempasúchil.
Con niños disfrazados y ancestros celebrados.
Siete disparos rompieron la noche.
Y apagaron la vida de un hombre que se atrevió a desafiar al narcosistema.
Carlos Manso no era un político tradicional.
Ganó sin partido.
Sin padrinos.
Sin compromisos.
Y eso lo convirtió en blanco.
Había denunciado vínculos entre el gobernador de Michoacán y el crimen organizado.
Había rechazado sobornos.
Había roto circuitos de extorsión.
Y había dicho públicamente que no quería ser otro nombre en la lista de alcaldes asesinados.
Pero lo fue.
Y su muerte no fue casual.
Fue estratégica.
Fue simbólica.
Fue una advertencia.
Anabel Hernández, la periodista más valiente de América Latina, lo ha dicho claro.
Este asesinato no fue solo obra de un cártel.
Fue una convergencia de intereses criminales y políticos.
Según sus investigaciones, el autor intelectual fue José Alfredo Hurtado Olascuaga, alias El Fresa.
Líder de la Nueva Familia Michoacana.
Pero detrás de él hay más.
Hay complicidad institucional.
Las cámaras de seguridad se apagaron justo en el momento del ataque.
Los guardaespaldas de Manso fueron arrestados.
Personas que debían protegerlo participaron en su ejecución.
La traición fue interna.
Y eso revela la profundidad del narcosistema.
Si ni los escoltas son confiables, ¿quién lo es?
Pero hay otro nivel en esta historia.
Trump ha intensificado su retórica.
Ha dicho que los cárteles están librando una guerra contra Estados Unidos.
Y que es hora de responder con guerra.
No es solo discurso.
Es política exterior.
El Departamento de Estado ha designado a seis cárteles como organizaciones terroristas.
Eso le da a la CIA y a las fuerzas especiales permiso para operar en México.
Como si fuera Afganistán.
Como si fuera Irak.
Y los cárteles lo saben.
Se están preparando.
El CJNG ha comprado lanzamisiles RPG.
Ha construido búnkers entre Jalisco y Colima.
Se están armando hasta los dientes.
No esperan pasivamente.
Se preparan para una guerra.
Y en medio de esa militarización, líderes como Manso quedan atrapados.
Son los primeros en caer.
Son los que estorban.
Son los que no encajan.
Anabel Hernández ha revelado que Estados Unidos tiene información sobre políticos mexicanos vinculados al crimen.
Interceptaciones.
Comunicaciones.
Alianzas.
Y Michoacán es clave.
Por el aguacate.
Por el limón.
Por los miles de millones que mueven esas industrias.
Trump quiere proteger esos intereses.
Y está dispuesto a intervenir.
Ya hay entrenamiento de tropas.
Ya hay planes de ataque.
La presidenta Claudia Shane Baum ha minimizado la amenaza.
Ha dicho que es una película.
Pero Hernández no está de acuerdo.
Dice que el gobierno mexicano subestima el peligro.
Y que no está tomando medidas reales.
La viuda de Manso, Grecia Quiroz, ahora alcaldesa, ha enfrentado al poder.
En una reunión con Shane Baum, hubo gritos.
Se negó a tomarse una foto.
Acusó al gobierno federal de ser corresponsable.
Exigió justicia.
No simulación.
Y eso muestra la brecha.
Entre lo que se dice.
Y lo que se vive.
Entre la retórica.
Y la sangre.
El gobierno mexicano ha extraditado capos.
Para calmar a Trump.
Pero no ha tocado las estructuras.
No ha desmantelado el sistema.
Porque el narcosistema no es solo crimen.
Es política.
Es economía.
Es banca.
Es ejército.
Es todo.
Y mientras eso no cambie, seguirán cayendo líderes honestos.
Seguirán muriendo alcaldes.
Seguirán silenciando periodistas.
Trump lo sabe.
Y usa el narcotráfico como pretexto.
Para proyectar poder.
Para controlar.
Para intervenir.
México está atrapado.
Entre no ceder.
Y no poder ignorar.
Y eso significa más extradiciones.
Más discursos.
Pero poca acción real.
Anabel Hernández ha pagado caro por decir la verdad.
Vive en el exilio.
Recibe amenazas.
Pero sigue.
Porque sabe que el silencio es complicidad.
Su trabajo sobre Manso conecta todos los hilos.
Violencia local.
Corrupción política.
Militarización de cárteles.
Intervencionismo estadounidense.
Y la pregunta es: ¿qué viene después?
Si Trump actúa, puede haber guerra.
Desplazamientos.
Crisis económica.
Inestabilidad regional.
Si no actúa, queda como fanfarrón.
Y eso también tiene costo.
México necesita una transformación profunda.
No operativos mediáticos.
No invasiones.
Reforma judicial.
Reforma policial.
Reforma militar.
Reforma financiera.
Pero eso no conviene.
Ni a los corruptos.
Ni a los intereses extranjeros.
Por eso el estatus quo se mantiene.
Y por eso Manso murió.
Su legado debe ser un llamado.
A mirar más allá.
A entender que el problema no es solo crimen.
Es sistema.
Es estructura.
Y hasta que eso no cambie, seguirán cayendo los valientes.
